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por PEPE FORTE/editor de iFriedegg
y conductor de AUTOMANIA por WQBA 1140 AM de Univision Radio
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Miembro fundador de SAMA.

Fotos del autor, excepto las ajenas reconocidas con un punto rojo.

 

¿Motores? No, motor...

Vaya acostumbrándose a citar en singular lo que mueve y moverá a cada Volvo en Estados Unidos.

Volvo también ha tomado al nuevo XC90 como indicio de lo que propulsará en un futuro inmediato  a todos sus vehículos, y no dudamos en decir que ésta es su más marcada característica. Olvidemos de un plumazo los anteriores motores en línea de 5 ó 6 cilindros y otros que Volvo ha tenido bajo el capó de sus distintos modelos y a los que nos habituamos por años. Todos, todos, podemos decir que han  sido francamente barridos para ser sustituidos por sólo dos, que en realidad son el mismo con la diferencia de lo que degusta cada uno a nivel de paladar: diesel o gasolina. En Europa y en otros mercados serán vistos ambos, y en muchos de ellos más marcadamente el petrolero, pero en Norteamérica —¡qué pena!— sólo dispondremos del de gasolina. De modo que de este lado del Atlántico, como dijimos encima, hablaremos en singular de lo que anima al XC90 y animará a los otros Volvos que asomen chimenea por el horizonte.

La arquitectura esencial de nuestro sujeto perfila un 4 cilindros de 2.0 litros —ya diesel, ya de gasolina, repetimos—, que estará dentro de todos y cada uno de los vehículos de Volvo por largo tiempo desde ahora. Oh, yeah... llámele solución global y no está usted lejos de la verdad, sino en toda ella.


Esta solución hará mas rentable la producción general de Volvo donde quiera que se fabrique uno, y así mismo donde quiera que se use aliviará las gestiones de mantenimiento y mecánica, tanto a nivel empresarial como privado.

¿Y el V-8 Polestar de Yamaha con que Volvo dotó a una edición del XC90 hace unos 10 años? Mire... is gone... se fue...

Los conocedores estarán pensando con toda la lógica del mundo que ha de tratarse de un turbo. Yep. Un turbo... un turbocargado, que combinando las dos modalidades de inyección, es la única manera de arrancarle tres centenas de caballos de fuerza a un cubicaje tan bajo. ¿Y cuántos HP's en total pues? 316. Nada despreciables, para convertirse en probablemente uno de los 2.0 litros más potentes de los aquí se encuentran en el mercado automotriz actual. ¿Y la torsión?: 295 libras por pie.

Aún así, para quien todavía no se haya puesto al volante del nuevo XC90 es legítimo que piense que con el peso  del vehículo, que fluctúa según el modelo entre 4600 y 5200 libras, esta planta no es suficiente. Pero sí lo es; do your Math: 4600  entre 316, arroja —redondeando— 14.5 caballos para mover cada libra del XC90, y recordemos que 1 HP equivale al esfuerzo de izar 165 libras (que es el peso de una persona promedio) por 1 metro en 1 segundo.

Hemos escogido el peso inferior no por conveniencias con tal de sustentar nuestra defensa de la potencia del XC90, sino por el hecho de que el vehículo que pesa más es el híbrido, que en consecuencia dispone de dos trenes motrices, uno eléctrico y el otro de gasolina, y por tanto cuenta con más ayuda para mover su anatomía, y sus números de potencia y torsión son otros (más altos).

Para comparar: El Ford Edge del 2016 totalmente rediseñado cuenta ahora con un revisado motor de la magnífica serie de ellos conocida como EcoBoost, de 2.0 litros (el mismo cubicaje del XC90 '16) que produce 245 Hp y 275 libras por pie de torsión. El peso básico del Edge es de 3500; la diferencia de peso pues entre un vehículo y otro es de 1100 libras. El mismo cálculo matemático de caballos por libra aplicado al XC90 da aquí 14.2 HP.

Para quienes prefieren las certezas de los números, y como en la parábola china del labriego que confiaba más en un trozo de cordel con la medida de su pie para comprar chanclas que calzándolas por prueba como hacen todos los mortales en la tienda, nosotros, por el contrario, preferimos en este caso dictar sentencia poniéndonos el zapato... o sea, ignorando los números y concentrándonos en cómo se siente este motor en tanto que responsable del desplazamiento del nuevo XC90. Y la verdad es que la sensación de potencia en el T6 —que emplea sólo el motor de gasolina—, fue abundantemente recompensadora. Quizás este servidor esté un poco distante ya en el recuerdo de la aceleración del último XC90 con V8 que probamos, pero a carretera abierta durante la jornada de manejo de este evento, no extrañamos para nada un motor más grande, y a menudo olvidamos que se trataba de sólo un 4 cilindros con un litraje definitivamente pequeño. El XC90 respondió como la coramina a un buen pisotón de acelerador en esos cambios de senda de vida o muerte en los freeways de Los Angeles, y en general se sintió al vehículo andar con ligereza y sin esfuerzos cuando requerimos su ímpetu en las colinas de las vías extraurbanas de segundo orden escogidas para el ensayo de manejo.

Volvo asegura que el XC90 de gasolina  es capaz de alcanzar las 60MPH en 6.6 segundos.

Este motor, ingenierilmente hablando, es sofisticado: cuenta con variabilidad de válvulas, posee un avanzado sistema de combustión que optimiza la compresión y el escape, es de fricción reducida en sus partes para más fluidez de trabajo y más larga vida, y cuenta con un manejo termal especial que también le favorece en durabilidad y desenvolvimiento.

Es de aluminio y prefiere beber gasolina Premium.

Esta planta, a bordo del T6 con transmisión AWD, reporta una eficiencia de 20MPG en la ciudad, 25 en la autopista, y 22 combinadas entre una y otra (la transmisión también es automática, Geartronic, japonesa, de 8 velocidades, lo cual redunda en rendimiento de combustible).